EDWARD BACH Y SU TERAPIA FLORAL



El Dr. Edward Bach nació el 24 de septiembre de 1886 en Mosley, Inglaterra, pero su familia provenía de Gales y es de allí que heredó el amor, sensibilidad e  interés por la Naturaleza y por lo místico, que son característicos del pueblo galés. A los 16 años, termina sus estudios secundarios con el claro propósito de aprender el arte de curar y finalmente, en 1912, finaliza su carrera de medicina en la Universidad de Birminghan; junto  con las prácticas en el University College Hospital de Londres.  Cada vez más frustrado por los resultados que obtenía con los tratamientos de la  medicina ortodoxa, incursiona en la Inmunología y Bacteriología, siempre con el firme propósito de buscar en la Naturaleza el sistema de curación de la enfermedad.

Fue en el año de 1917, cuando el Dr. Bach sufrió una importante hemorragia, donde los médicos intervinientes le anunciaron que no le quedaban mas de tres meses de vida, situación que lo llevó a dejar su trabajo en el hospital y dedicarse a investigar en su laboratorio algo que no sabía cómo ni dónde encontrar. Sin embargo, en uno de esos días de lentas caminatas percibió algo diferente, una flor que le marcó el camino de muchas otras.
El médico era psicómetra, es decir, que percibía lo energético en la materia. Para que podamos entender la concepción que el Dr. Bach tenía sobre la enfermedad, es necesario aclarar que intelectualmente él se identificaba con las ideas de Hipócrates, Paracelso y Samuel Hahnemann, entre otros. Para Bach resultaba esencial reconocer que el hombre tiene dos aspectos: uno espiritual y otro físico, y que de los dos, el espiritual es el más importante. La salud es el estado de armonía  entre estos aspectos.

En 1930, con 43 años, el Dr. Bach cerró su laboratorio y su consultorio y se fue a Gales para buscar más remedios en la naturaleza. Estaba tan entusiasmado con la dirección que había tomado su trabajo, que decidió abandonar su lucrativa consulta de Harley Street y se marchó de Londres con la determinación de dedicar el resto de su vida a un nuevo sistema de medicina, que estaba seguro de poder encontrar en la naturaleza. Se llevó consigo a su asistente, una radióloga llamada, Nora Weeks. Ese mismo año publicó el libro Cúrese usted mismo, con el mensaje de que la enfermedad es el resultado de estar en desarmonía con el propósito espiritual. Se publicó en 1931 y continúa publicándose desde entonces.
Así como había abandonado su hogar, oficina y trabajo, El Dr. Bach también empezó a descartar los métodos científicos y su dependencia de los laboratorios y reduccionismo. En cambio se dejó llevar por sus dones naturales como sanador y poco a poco permitió que su intuición le guiara a las plantas correctas.
Después de años de ensayos y errores, que implicaban la preparación y las respectivas pruebas de miles de plantas, encontró en una el remedio que buscaba. Cada uno estaba enfocado a un estado mental o anímico específico. Se dio cuenta de que al tratar las personalidades y sentimientos de sus pacientes, sus desdichas y sufrimientos físicos se aliviaban de manera natural, al desbloquearse el potencial de curación de sus cuerpos, permitiendo que volviese a funcionar nuevamente.

El Dr.Bach continuó descubriendo nuevos remedios y atendiendo con éxito a sus pacientes. Trabajaba y daba conferencias, a la vez que entrenaba a sus asistentes, para que pudieran continuar su trabajo. Una vez que hubo desarrollado los 38 remedios, supo que no hacían falta más, ya que cubrían todos los estados negativos mentales que provocan la enfermedad.

En noviembre de 1936 murió mientras dormía, contento de haber completado su misión. Entregó la responsabilidad de continuar su labor a sus amigos y colegas, a quienes había formado. También pidió que en su hogar quedara la fuente de sus descubrimientos, el Centro Bach de Mount Vernon. Allí se siguen preparando los remedios, según sus indicaciones.
"Si seguimos nuestros propios instintos, nuestros propios deseos, nuestros propios pensamientos y nuestras propias aspiraciones, jamás conoceremos otra cosa que la felicidad y la salud"

El Centro Bach

En 1934 el Dr. Bach y Nora Weeks se mudaron a una casa llamada Mount Vernon en el pueblo Brightwell-cum-Sotwell de Oxfordshire. En los caminos y en los campos encontró los remedios restantes que necesitaba para completar las series. Por aquel entonces su cuerpo y su mente estaban en tal grado de sincronía con su obra, que sufriría el estado emocional que necesitaba curar y probaría las plantas y flores hasta encontrar la que le ayudaría. De esta manera, a través de un gran sufrimiento y sacrificio personal, completó la obra de su vida.
Un año después de anunciar que su investigación sobre los remedios había concluído, falleció en paz una noche del 27 de noviembre de 1936. Tenía tan sólo 50 años, pero logró sobrevivir al pronóstico de sus médicos por casi 20 años. Dejó atrás una vida de experiencia y esfuerzo y un sistema de medicina que se utiliza en todo el mundo.
Dejó su trabajo en manos de sus amigos y colegas Nora Weeks y Victor Bullen, con instrucciones de continuar con su trabajo y de mantenerse fiel a la sencillez esencial de lo que había hecho. En una carta a Victor, fechada 26 de Octubre de 1936, un mes antes de su fallecimiento, escribió:

La gente como nosotros que ha saboreado la gloria del sacrificio, la gloria de ayudar a nuestros hermanos, una vez que se nos ha dado una joya de tal magnitud, nada puede apartarnos de nuestro camino de amor y de deber para mostrar al mundo su brillo puro y sin adornos.

CASA DE EDWARD  BACH EN MOUNT VERNON, HOY SEDE DE LA FUNDACIÓN BACH.

ESTE VÍDEO ES MUY ILUSTRATIVO PARA ADENTRARNOS EN LA VIDA DE EDWARD BACH Y SU TERAPIA FLORAL ¿CÓMO FUE SU CAMINO?




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